The Following 1×10. Enemigo a las Puertas.

Mi más ferviente deseo se acaba de hacer realidad…

Mientras el club social Edgar Allan Poe sigue dando sus frutos con más seguidores altamente capacitados, ahora sabemos que éstos provienen de una mefistofélica página web de reclutamiento estilo «Ingress» donde piden dejar el e-mail para contactar en el futuro, en el FBI no hacen nada a derechas. Ryan Hardy es el único que puede seguir el ritmo de los súbditos de Joe Carroll gracias a sus malditos superpoderes e ingenio. Es como si el mejor detective de cómics, Batman, se fusionase con un Superman enfermo el cual lleva virutas de kriptonita incrustadas en su lastimado corazón. No, de momento no se pone ninguna capa ni oculta su rostro. Además de tener el don de la omnipresencia, Ryan está poseído por el agravio de la culpa. Como si del mito diabólico del Rey Midas se tratase, Hardy da un paso más donde en vez de convertir en oro lo que toca lo hace en muerte y desolación. Vive solo, morirá solo.

The Following 1×09. AMOUR, AMOUR.

Con albornoz y a lo loco…

Una vez más nos rizan el rizo de esta montaña rusa de loopings interminables la cual ya no se siente como al principio, aunque es cierto que uno se acostumbra puesto que no marea al ser un traqueteo suave deslizado por unos raíles muy pronunciados.

Como si del filme, ganador del Oscar como del Globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa, de Michael Haneke se tratase al poner a prueba el amor y todo el dolor que conlleva pero de una forma más sanguinolenta. También se podría titular «En Busca de la Felicidad» (hoy es su día internacional) de Will Smith si se mira desde el prisma contrario. Ya cada uno decide a quién seguir y cómo dependiendo de sus gustos y preferencias. Así es la poesía.

¿Quién de vosotros no lleva en su bolso un lanza arpones personalizado de 24 pulgadas de aire comprimido? ¡Que no levante la mano!

The Following 1×07. Cadena Perpetua.

El frenesí continúa, nada se detiene, sólo a veces en el momento más inoportuno se ralentizan los corazones de las personas más delicadas, ya que todo sigue una senda que parece inalterable. Es posible que el destino ponga dificultades pero no habrá piedra suficientemente grande que no permita ser sorteada de una forma u otra. La minuciosa y cuidada obra de planificación juega en contra de todo aquel que intenta saltarse sus versos. Hace tiempo que dejó de escribir en solitario para hacerlo en comunión, merced a que todos quieren ser participes en este nuevo libro o al menos aparecer mentados en el prólogo.

¿Después de ocho años se acabó la primera parte del libro?

Por el amor de una mujer…

The Following 1×06. Línea Mortal.

Esta vez si, vemos al Kevin Bacon del que tanto oíamos hablar en las películas mostrando su lado más virulento e histriónico al subir el último escalón que le faltaba para que Ryan Hardy dejara de ser el hombre sin sombra y, así por fin, ver el regreso de un soldado. A pesar de algunas incongruencias que tiene The Following, como todas y cada una de las series que existen, el episodio ha sido muy intenso, entretenido y a la postre corto aunque no quedaba otra después de como se gestó el final del anterior. El plan maestro de Joe Carroll no es un camino de rosas el cual esté falto de sorpresas en el que se unen, se separan, se encuentran, se conocen y en el que se volverán a juntar esos seguidores incondicionales al movimiento de Poe. Para algunos es un relato corto, para otros es un cuento de terror y para unos pocos privilegiados es pura poesía. Los roles parecían marcados de inicio pero se mueven al son de los abogados del diablo, los guionistas, que permiten una y otra vez que fructifique lo inviable. Además la chistera de enemigos, como vengo continuamente diciendo, hará que la serie nunca acabe y se convierta en otra serie del montón finalmente cancelada por antonomasia repetitiva. Ojalá me equivoque.

Queda usted bajo arresto domiciliario. Tiene derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede y será usada en su contra en un tribunal de justicia poética.

The Following 1×05. Con la muerte en los talones.

Donde caben dos, caben tres…

Las fichas de dominó han empezado a caer en orden una tras otra cogiendo una velocidad muy vertiginosa. Todos aceleran como si el final anduviera cerca, como si la fuente de vida estuviera a punto de agotarse aunque para muchos la eterna oscuridad esté a la vuelta de la esquina. Todo se vuelve más impredecible, aunque no hay nadie imprescindible exceptuando el binomio sobre el que gravita la serie. A pesar de que, me temo, incluso Joe Carroll pudiera ser carne de cañón ya que haría lo mismo con ritmo cardiaco que sin él. Cada vez lo veo más desaprovechado y podrían tirar de flashbacks como recurso para sacar a cualquier insidioso seguidor de su ilimitada chistera cual Doraemon. Como tiene células durmientes por todos lados éstas pueden ser infinitas y eso me cuestiona si habrá un final. Yo si fuera guionista lo dejaría muy abierto para beneplácito del personal, un poco al estilo FlashForward. ¿Quién sabe si algún día volverán a retomarla con un Kevin Bacon canoso y/o calvo?

El joven agente del FBI Mike Weston es… Hermano Menor.