El Corredor Del Laberinto: otro punto para las trilogías

En el cine pueden pasar infinidad de cosas a la hora de sacar a la luz una nueva película, por ejemplo:

1- puede que alguien con la bombilla iluminada se invente el mejor guión de todos los tiempos y lo lleve a la gran pantalla.

2- puede que la bombilla de los guionistas no esté por la labor de crear algo grande y único y simplemente opten por ceñirse a un guión o historia ya hecha, como la de un libro (cosa nada fácil, todo sea dicho).

3- o, y este es el supuesto que menos me gusta, puede que las ideas se hayan acabado temporalmente en algunas cabezas y sencillamente hayan decidido dedicar tiempo y recursos en algo ya existente, lo que mundanamente se conoce como un Remake.

Todo eso, entre otros muchos casos…

 Bien…

Pues, El Corredor del Laberinto además de pertenecer al segundo supuesto, pertenece no casualmente al team de los Juegos del Hambre y los Divergentes. Y digo no casualmente porque también hay escritores que funcionan así, por tirón mediático.

Y a mi es que estas cosas me echan para atrás, esto de que haya muchas cosas parecidas a otras…

 Pero…

No todo son malas noticias ni prejuicios infundados. Me presenté al cine con el único precedente del tráiler que vi un par de veces en otras sesiones de cine del último mes, tráiler que fue preciso y conciso y que me advirtió que lo que me esperaba era una peli basada en una novela súper ventas de un autor que no me sonaba de nada (James Dashner) y que yo jamás me habría planteado comprar, por lo menos hasta ese día.

 

 ¿Entonces?

Entonces imaginad que os despertáis y no recordáis nada, estáis en una «caja ascensor» que va camino de lo que puede ser vuestro nuevo hogar, que resulta ser algo así como un súper patio de cárcel que está en el centro de un laberinto al cual está más que prohibido acceder y del que jamás nadie ha encontrado la salida ni ha sobrevivido una noche en él. –¿Vale?–.

Vale, pues imaginad también que sois un alma rebelde y curiosa que tiene más inquietudes que el resto de habitantes del patio, que no estáis dispuestos a aceptar tantas reglas de convivencia y que sobre todo no queréis pasar el resto de vuestra maravillosa vida sembrando patatas y recogiendo leña. –¿Que qué hacéis?–

Lo que haría cualquier alma rebelde, curiosa e inquieta: entrar al laberinto y jugársela.

 En definitiva…

Ahí empieza todo, ahí empieza lo mejor. Ahí te das cuenta de que en realidad has entrado a ver una buena peli protagonizada por unas cuantas caras conocidas; ahí te das cuenta de que cuando se acabe el suspense, la acción y la ficción de El Corredor del Laberinto querrás salir pitando a la primera librería que encuentres para poder comprar la novela de continuación. Porque llegar al final de la peli no será suficiente, porque ser espectador no será suficiente; querrás ser un nuevo lector de otra trilogía de moda. Y eso te dará igual.